domingo, 14 de junio de 2015

Que tristeza la que se deja.

Qué roto está el firmamento desde que sabe que lo nuestro ha muerto.

Qué rota está la noche cuando sabe que ya nadie la usa para visitar ninguna ventana por amor, dejando a mujeres solas y hombres sin consuelo.

Qué vacío el mundo desde que me dejaste en un rincón alabando tu silueta vacía y perfecta.

Qué vacía la lluvia desde que no la uso como excusa para poder alabarte en líneas cortas y precisas.

Qué triste el hielo desde que ve que hablan más por lo que quema que por el frío que deja dentro, como el que tengo yo, hablado de ti.

Qué triste estoy desde que he visto que nada tiene sentido.

Qué lista tú, que desde que ves que vivo por y para ti has decidido jugar conmigo y tratarme peor que un poeta ciego.

Que te odio maldita poesía, letra, silueta de todo lo perfecto y bello.

Que te odio a ti por lo que me has hecho a mi.

Te odio por el vacío que me has dejado e incluso por obligarme a enamorarme de la mitad de un verso alejandrino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario