sábado, 23 de noviembre de 2013

Como siempre, las idiotas detrás.

Creo que esto va a mal.
Ya no me controlo, en el sentido básico de "soy feliz", "estoy triste", "me enfadé". No. Ahora ya no sé ni como estoy ni cuando.
Ni si quiera de si estoy.

Me pasa por las mañanas. Amanece y me dan ganas de ir corriendo hacia su casa, sin pausa, con prisa. Levantarme y hacer mis rutinas para intentar estar decente, para ir y besarle.
Estoy feliz, todo va bien, todo está en orden, todo irá bien.

Luego por las tardes es un frenesí, no sé que debo hacer, no puedo hacer nada, tengo que verle, ¡Corre Noèlia que si no le ves menos!, te olvidastes de los cascos, ¡Las llaves!
Y luego ir corriendo con la mochila como coartada perfecta. Como el "yo no estuve allí" al delito.
Estoy nerviosa, estoy estresada, nada va lento, me muevo muy rápido, todo irá deprisa.

Y al verle... solo puedo decir que ninguna sinfonía se puede comparar a la música que él hace cuando pasa su mano sobre mi mejilla. Nada puede igualar al ligero toquecito de sus labios sobre los mios, suaves y ligeros, que te saben a poco, que apenas sientes nada.
Ya sabréis como estoy, no hace falta describir el momento, ni la perfección de sus minutos.

Y cuando me voy... la tristeza no te deja respirar, es un continuo zig zag de sensaciones, "respira, aprovecha, en nada se te apalanca el alma". Ni el viento frio me despeja la mente ni las ganas de dar la vuelta. Ni Bóreas. Ni el santísimo cielo.
Estoy triste, todo va mal, estoy sola, solo estoy yo. Y yo no me basto.

Por las noches.
Las noches son tan oscuras en la ventana como en mi cabeza, solo que afuera hay un cosmos ordenado, y en mi cabeza muchas letras sin orden alfabético ni idioma propio.
Sobretodo cuando no responde.
Esos minutos mezclados de agonía y rima se me clavan. Como navajas.
¿Dónde estará? ¿A dónde a ido? Dios del cielo, solo dime si está bien.
Aunque yo no estoy bien, todo es oscuro, nada va en orden, el cosmos se queda fuera, y mi cabeza sigue con sus letras.
Como mi cama, que sigue vacía, todas las santas y malditas noches. Sin ti.

Y no sé como estoy ahora.
No me responde, pero no es por la noche.
No he vuelto de su casa, pero estoy triste.
No sé qué pasa, como siempre.

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