sábado, 5 de julio de 2014

Soy como cualquier primer escrito.

Desearía ser todo lo mejor de este mundo, todo lo hermoso, todo lo caduco con infinitos tatuados, todo lo que te aporte brillo y esplendor, y consiga que hasta las flores se abran en invierno consiguiendo ellas mismas su propia muerte, solo para verme, solo para saber que existo de verdad.
Pero en lugar de ello soy un finito cero ondulado que chilla a la luna preguntándole que porqué cambia tanto de forma, clasificándola de bipolar y marchita, diciendo que es la mujer que todos los hombres odian al enamorarse de ella, estando tan lejos y perfecta.

Desearía ser de esas mujeres destinadas a ser musas, las que enamoran y con sus ojos verdosos azulados, tan bonitos como el mar, hechizan a todo ser viviente, castigandole a ser un simple mortal que la venere, haciéndole creer que es el bien de sus delirios, el antidoto de su veneno, el bien de su mal, el karma de sus decisiones, la mujer de su vida.
Pero en lugar de ello soy como todos los demás que le pide a alguna maldita musa que se le aparezca, y entre baladas infernales la llama para ver si le hace reventar las venas consiguiendo algo, aunque sea indecente, algo que haga llenar el alma de letras y sentir que poseo veinticuatro horas más en esta maldita vida pintada en gris, en esta vida que sería inmortal si no pudiese sentir como alguna puta, o musa, me encandila, diciendome que nunca llegaré a su nivel, pero que en cambio puedo escribir sobre ella. Como hago ahora.

Desearía ser todo lo que las personas piden, ser su "ojalá" y sus ojos llenos de chiribitas y brillantes que desprenden hasta calor. Ese yo qué sé que deseen, pero serlo. Aparecerme por sus sueños, consiguiendo que esa ambición de poder y ser de alguien le inunde el alma, para ir a buscar a las tantas de la madrugada cualquier fuente, estrella fugaz o persona que busque almas para pedir su ojalá con más fuerza, y puede que aparecer yo para que puedan decir "por fin", con los mismos ojos brillantes de siempre.
Pero en lugar de ello soy la fuente en la que piden deseos, la que busca estrellas fugaces y al ver una luz en el cielo volar rápido, chilla su deseo con los ojos cerrados, y al acabar y abrirlos ver como tintinea esa luz, y descubrir que deposité mi deseo a un avión, uno que lleva deseos de muchos más. Ser la perdición que nunca cumple el deseo de nadie, sino que es mandada por el karma para dar algún escarmiento, algún susto para que se metan por el buen camino y no vuelvan a verme.
Soy todo lo que el mundo no desea y se despoja, todos los errores, fallos, tachones de tinta y defectos que toda persona ignora. Soy como los primeros escritos de un poeta deprimido.

Y desearía ser aquel puente, del que todo suicida se enamora, del que todo aquel que ya lo ha visto todo desea deshacerse de sus descubrimientos, aquel puente del que todos los poetas desean saltar.
Pero adivinad.
Yo siempre soy el poeta que salta, una y otra vez, como un disco que te condena a escuchar siempre la misma balada triste.

1 comentario:

  1. Bien, Noè, bien. Me gusta el texto. En una primera lectura está bien. Las frases largas a veces te hacen leerlas un par de veces, pero me gustan. Son barrocas, igual si buscas un estilo más sencillo, tendrías que acortarlas, pero eso está ahí.

    Corrijo: "Pero en lugar de ello soy como todos los demás que le pide a alguna maldita musa que se le aparezca" > "...que le piden a alguna maldita musa que se les aparezca" (hablamos en plural, como al principio de la frase se indica).

    Sobre todo me gusta la parte de "Soy todo lo que el mundo no desea y se despoja, todos los errores, fallos, tachones de tinta y defectos que toda persona ignora. Soy como los primeros escritos de un poeta deprimido.". Yo hubiese puesto el final ahí, no sé por qué.

    Pero me ha gustado la idea. Es triste, es como casi todos nos hemos sentido alguna vez, por lo que es realista y poético, digamos.

    Sigue escribiendo ^^

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